Hay dos preguntas que siempre surgen al realizar una consulta sobre la implementación de la IA en los procesos empresariales:

a) ¿Qué tareas serán asumidas por la IA y cuándo?
b) ¿Qué tan efectiva es la IA para realizar estas tareas?

La respuesta a la primera pregunta requiere una taxonomía (clasificación) de las tareas que se ejecutarán. En última instancia, hay dos factores que importan:

1. La complejidad de la tarea.

2. La tolerancia de la empresa al fracaso de la tarea.

Piense en las primeras aplicaciones de IA, como la gamificación para el aprendizaje; esto nos coloca en el cuadrante inferior izquierdo. Con la IA generativa como ChatGPT, hemos visto avances rápidos que nos mueven progresivamente hacia arriba, hacia el cuadrante superior izquierdo.

Sin embargo, la mayoría de las empresas de IA hoy en día aún están en la categoría de abordar tareas con una alta tolerancia al fracaso. Para que la IA alcance la adopción empresarial, debemos construir sobre la evidencia del cuadrante superior izquierdo y abordar problemas más simples en el cuadrante inferior derecho, pero con mayor certeza y validados a través de POCs (pruebas de concepto).

A medida que la IA continúa mejorando y se establecen estándares de rendimiento para su uso a nivel empresarial, la frontera cambiará gradualmente hacia el cuadrante superior derecho. Una vez que se aborde la primera pregunta, pasamos a la segunda pregunta más crítica:
¿Qué tan efectiva es la IA para realizar estas tareas?

Información obtenida de Sangeet Choudary.